¿Cuándo estaremos a salvo?
¿En qué calle se perderá otra de nosotras?
¿En qué cielo quedarán sus últimos suspiros?
¿Cuándo seremos libres?
Me cobijé entre sus brazos,
pero la noche mezquina
No me dejaba dormir,
Y un pensamiento vino hacia mi
Relámpago,
Lo que habrán sentido!
Todas ellas,
Cada una,
Y de repente un frío me sucumbió,
Miedo.
Tuve que abrir los ojos,
Mirarlo, tocarle la cara,
Saberme allí con él,
Y el miedo pasó.
Fue un instante, un pensamiento veloz,
Pero para ellas
Fue eterno y real,
El dolor
El padecimiento
Para ellas fue la muerte.
Hoy leía en los diarios
las tristes cifras de la muerte.
2 comentarios:
Abrazo en la siempre exigente y reveladora luz de la poesía.
Abrazo poeta!
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